miércoles, 3 de noviembre de 2010

EL ESCRIBA DEL BARRO

Este libro de Lorenzo Mediano, me ha hecho pensar en algo tan simple como la escritura, jamás se me había ocurrido pensar en que la escritura supusiera para alguien un enemigo, pero el ser humano vuelve a sorprenderme. El autor reinventa el mito de la escritura, y crea una historia sobre Dingir, contable real, nacido libre, convertido en esclavo, y que consigue volver a ser libre y convertirse en el escriba real de Uruk, ciudad Sumeria de hace 5000 años, gracias a su fabuloso invento, la escritura, con un simple punzón de caña y unas rústicas tablillas de barro. Un invento, que para mi, amante de la lectura, no concibo una vida sin ella, y que para el supuso su muerte, ya que este invento hace que peligren los intereses de la suma sacerdotisa, Sheleput, representación en la tierra de la diosa Imanna, diosa del amor y de la guerra (curioso verdad? amor y guerra) y el ensi, o rey de la ciudad. El ensi ve en la escritura una forma de hacerse inmortal, pues contando en esas tablillas su vida, viviría eternamente, algo que no está dispuesta a permitir la divinidad, ya que la inmortalidad solo pertenece a los dioses.
Tras su lectura he sentido un poco de curiosidad por el mito de la escritura y me he encontrado con la existencia de los dioses egipcios, Theuth, dios de la escritura, y Thamus, dios del habla, y es curioso en las conversaciones que tienen, defendiendo cada uno su mito, considerando que la escritura es un fármaco negativo para la memoria, pues duerme el cerebro y le hace depender de un medio físico externo.
Jamás se me hubiese ocurrido ver la escritura desde esta perspectiva. ¿ Y tu ?
Yo solamente doy gracias por este gran invento, que sería fruto de una necesidad, como todos los inventos, necesidad de comunicarse, de eternizarse, de contar, de compartir, de ..............

6 comentarios:

  1. Por fin! He llegado!... de los libros sobre los que has escrito... sólo he leido "El tercer gemelo" asíque he apuntado los demás a la lista de "pendiente", je je... pero sobre todo éste porque todo lo que tenga que ver con mitología, dioses y ess cosas me fascina... un beso.

    ResponderEliminar
  2. Ah! He escrito un post recomendando tu blog!

    ResponderEliminar
  3. Vengo a traves del blog de Beatriz, me gusta mucho el tuyo, iré apuntando los títulos, yo tambien solo he leido El tercer gemelo, Te mando un beso.

    ResponderEliminar
  4. Jo como estamos de desatados con la lectura.
    Ya sabes el aceite de oliva antes era bueno, luego malo y ahora bueno...
    con los libros lo mismo antes malo y ahora bueno o no tan bueno, hay veces que parece que los que leemos mucho nos hemos convertido a una especie de secta ya que medio mundo nos mira raro.
    Alguna vez has sentido la necesidad de plasmar algún pensamiento en algun lado, en un papel, en una conversación, en un blog... ya tienes como surgió.
    Fuera de coñas supongo que surgió a partir de algun tipo de registro numerico de algun tipo, solo contar, numericamente, las cosas debió de quedarse corto.
    Besos

    ResponderEliminar
  5. Perdonad a todos por el retraso en contestar, pero he llevado una semanita de aupa, además de depender de pillar el ordenador fuera de casa, estoy deseando de terminar la dichosa obra de casa y recuperar mis espacios.
    Bea, gracias por recomendar mi blog, me alegro que hayas llegado, ja, ja.
    Angelosa, bienvenida, me alegro que te guste el blog, ya iremos hablando. Un beso para ti también.
    Flores, si somos una secta, pues estupendo, y lo que nosotros disfrutamos. Tienes razón en la suposición, el comienzo de la lectura era simplificar el recuento numérico de las deudas, de las cosechas, de los animales,etc.
    Os cuento una curiosidad, en Murcia hay un pueblo que se llama Bullas, que además está empezando a dar muy buenos vinos, y la verdad es que jamás se me habia ocurrido pensar de donde vendría ese nombre. Pues bien, con la lectura de este libro he descubierto que las bullas eran una especie de tarro de barro en el que se dibujaba lo que se debía al templo o al rey (trigo, oveja) dentro se ponian bolitas de barro, que eran la cantidad que se adeudaba, luego se cerraba con barro y se le ponía un sello, como un lacre, teniendo cada ciudadano su sello propio. De esta manera empezaron los contratos hipotecarios (ja, ja), una vez al año se rompia la bulla y se hacia el pago. Curioso verdad? De todas formas voy a ver si me entero si la Bullas murciana, le viene por aquí su significado. Ya os cuento.
    Besos para todos

    ResponderEliminar
  6. Pues a mí no me gustó. Me ha hecho pensar en que la Historia sigue siendo manipulada y falseada por los hombres.
    Lei la novela y me decepcionó profundamente. Lo único interesante de la narración es la génesis de la escritura. Pero con todos los respetos, para enterarme de eso no necesito tragarme 400 páginas de desvaríos pseudomachistas. Para eso me leo a Noah Kramer que lo explica muy amenamente en LA HISTORIA COMIENZA EN SUMMER.

    La historia es plana. Es vulgar. Es como los capítulos de las series americanas. Te queda la sensación de que ya lo habías leido antes en otra novela. Los diálogos.... . En Casablanca los hay mejores. La historia de amor ñoña-patética. La visión de las sacerdotisas machista.

    Yo pregunto. ¿Por qué los hombres lo inventan siempre todo en las novelas históricas? ¿Acaso las diosas de la escritura y de los escribas NO ERAN MUJERES? ¿No resulta eso sospechoso? Y más cuando el Cervantes sumerio fue una mujer, Enjeduanna, hija de Sargón de Akhad y gran entu del templo de An en Ur.

    ¿Por qué la novela está tan mal documentada? ¿Por qué los fallos de documentación son sospechosamente direccionados a dejar en mal lugar a las mujeres?

    Lo siento. Pero salvo por la idea inicial de mostrar cómo se inventó la escritura, para mí esta novela es más de lo mismo. Más de la misma lavada de cerebro en plan "nosotros lo hemos inventado todo porque vosotras sois unas perversas y estabais muy ocupadas intentado salir en Sálvame". Es plana. Es poco original.

    ResponderEliminar