En esta ocasión nos encontramos con un nuevo libro donde el protagonista es una antigua tablilla de barro. El autor del libro, Sam Bourne, nos situa en el Jerusalem del 2003, tras la caida de Saddam Hussein, con el saqueo del Museo Arqueologico de Bagdad, donde se hallaba escondida la tablilla con el Testamento de Abraham para los judios o Ibrahim para los árabes. En el se detalla el reparto de las Tierra Prometida que hace el padre de la Civilización a sus dos hijos, Isaac e Ismael, o lo que es lo mismo, el reparto para judios y árabes. Esta tablilla llega a manos del Profesor Guttman, arqueólogo y fundamentalista israeli, dandose cuenta de la importancia que tiene este testamento para el destino de Israel, que en ese momento está inmerso en la firma de un Tratado de Paz entre Palestina e Israel. Este descubrimiento le lleva a su muerte y a pasar el testigo a su hijo Uri, ayudado por Maggi Costello, mediadora política norteamericana. Es una novela policiaca, donde el espionaje está a la orden del día, tanto por parte de Israel y Palestina como por Estados Unidos.
Es una novela de fácil lectura, aunque la situación política de ambos paises, con sus grupos partidarios y detractores a mí, personalmente, me ha costado un poco seguir. De todas formas sin ser La Biblia de barro, es un libro entretenido, sin buscarle mayores aspiraciones.
Tan solo decir, que ojala el conflicto entre Palestina e Israel fuese tan sencillo de solucionar como apunta el libro, con esa lectura del Testamento de Abraham.
Hasta pronto.
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